lunes, 15 de abril de 2013

Comprender cómo es la "cueva" del hombre

Para que sus relaciones puedan ser en verdad satisfactorias, las mujeres tienen mucho que aprender acerca de los hombres. Tienen que aprender que, cuando está disgustado o agobiado, el hombre deja automáticamente de hablar y se encamina hacia "la cueva" para aclarar sus ideas. Tienen que aprender que en esta cueva no se permite entrar a nadie, ni siquiera a los mejores amigos del hombre.

Así eran las cosas en Marte. Las mujeres no deben temer haber cometido algún terrible error. Deben aprender poco a poco que, si ellas les permiten ir a sus cuevas, los hombres saldrán al cabo de un rato y aquí no habrá pasado nada.

Es ésta una lección difícil para las mujeres, porque una de las reglas de oro en Venus era no abandonar jamás a una amiga cuando ésta estaba agobiada. Y no le parece a la mujer muy adecuado abandonar a su marciano favorito cuando éste está agobiado. La mujer, que se preocupa por él, quiere entrar en la cueva para socorrerlo.

Además, la mujer comete el error de creer que, si puede hacerle un montón de preguntas acerca de cómo se siente y prestarle atención, él se sentira mejor. Esto no hace más que aumentar el malestar de los marcianos. La venusiana, instintivamente, desea apoyarlo tal como le gustaría que la apoyaran a ella.
Sus intenciones son buenas, pero el resultado es desastroso.

Tanto hombres como mujeres deben abstenerse de ofrecer la clase de afecto que ellos o ellas prefieren y empezar a aprender de qué modo piensan, sienten y reaccionan sus parejas.


John Gray



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